La gastronomía ha sido una de las formas de arte que más ligadas han estado en la historia de la humanidad desde sus primeras andanzas. Para muchas personas el significado de la comida puede ser bastante diferentes como un placer, un componente social, una parte importante de nuestra supervivencia, un estilo de arte, un modo de vida…
Sea cual sea el motivo la gastronomía es una de las ramas donde el arte ha desarrollado muchas facetas entre ellas la propia aerografía. Tal y como vimos dentro de las diferentes modalidades de la aerografía existe una mención especial a la repostería creativa.
En este artículo conoceremos en profundidad esta modalidad como arte y sobre todo las influencias que comparte con la aerografía.
Orígenes del arte de la gastronomía
Tal y como vimos en la historia de la aerografía, gran parte de nuestro arte tiene referencias directas o indirectas con el arte rupestre. En el caso del arte gastronómico la decoración siempre ha sido una parte importante para mejorar la experiencia, aunque en un principio se trataba de una necesidad primaria poco a poco se intentó potenciar la experiencia en pro del placer.
Una muestra de ello podemos encontrarlo en la época clásica tanto las tribus bárbaras como los griegos comenzaron a desarrollar su propia cocina y sobre todo por la combinación de sabores, texturas y sobre todo tonalidades. El aspecto visual era un aspecto muy importante en los banquetes o en los grandes eventos sociales.
Dado a que la gastronomía fue evolucionando de una necesidad vital a una experiencia por la búsqueda del placer. Los artistas de muchas culturas comenzaron a realizar sus primeras incursiones, de hecho, los pintores egipcios fueron los pioneros en retratar cuadros de alimentos para acompañar a los faraones a la otra vida.
La gastronomía medieval y posteriores años
Dejando de lado la época clásica, en la Edad Medieval la comida o mejor dicho la gastronomía vuelve otra vez a cambiar su significado a un arquetipo relacionado con la simbología.
Diversos movimientos artísticos como el renacimiento comenzaron a utilizar la comida como una forma de representar varias cosas como la abundancia, la humildad, la felicidad, la opulencia….
En este periodo de tiempo cada vez más artistas comenzaron a explotar diferentes temas y estilos muchas veces la comida era una temática recurrente para retratar cuadros u otro tipo de pinturas para decorar ambientes y espacios.
Gracias a la mejora de las técnicas de cocina y al descubrimiento de nuevos ingredientes venidos del nuevo mundo (como por ejemplo el chocolate) cada vez más chefs comenzaron a desarrollar su lado creativo haciendo que cada vez más establecimientos se esmerarán en atraer la atención de la nobleza o en su defecto a la clase alta.
Los primeros pasos hacia una aerografía culinaria
Gracias al invento de Peleer y posteriormente la influencia de Charles Burdick, la aerografía se convirtió en una novedad y de hecho durante la década de los 60 se convirtió en una de las maneras más utilizadas para publicitar catálogos, portadas, revistas, coches y mucho más.
La principal atracción era el realismo, las tonalidades de colores y sobre todos los efectos que daban mucho juego para estimular la creatividad publicitaria, así como las capacidades del propio artista.
El punto de inflexión fue dado cuando los maestros pasteleros de la alta cocina comenzaron a coquetear con el aerógrafo o con la pistola de pintura para añadir salsas, pulverizar azúcar, recubrir con chocolate y etc.
Esta era una de las técnicas más novedosas, que en gran medida era más cómoda trabajar que el pintado manual con el pincel.
Aunque en un principio era una práctica minoritaria poco a poco se fue implantando gracias principalmente a influencias como el Eat art, además de ciertas inspiraciones en el cubismo o el expresionismo.
Las décadas 60 y 70 fueron el periodo de más esplendor de la aerografía y especialmente por movimientos como el Modernismo, el Pop art y el Art decó.
La relación actual entre la gastronomía y la aerografía
En nuestros días la comida todavía conserva todas sus facetas artísticas y a medida que la tecnología avanza las maneras de experimentar también lo hacen. Muchos artistas como Albert Soler utilizan la aerografía como una marca personal de sus propias creaciones culinarias.
No es de extrañar que el aerógrafo es una herramienta creativa capaz de despertar emociones y sobre todo mejorar el aspecto visual con formas y colores que estimulan los sentidos antes de la propia degustación.
Pasteles, galletas y toda clase de postres suelen ser las debilidades de muchos hombres y mujeres y a día de hoy en una época donde cada vez más la tecnología está más presente el aspecto visual es especialmente necesario para destacar y sobre todo vender.