Aunque el nail art o el arte de pintar uñas no tenga unos orígenes propios dentro de la aerografía, lo cierto es que desde los orígenes de la humanidad (tal y como la conocemos actualmente) el uso del tatuaje o la pintura corporal (body painting) no solamente se utilizaba con fines ceremoniales o estéticos, sino que también tenia una estrecha relación con la tribu y un significado más profundo de feminidad.
En este articulo intentaremos investigar las raíces del nail art y como la influencia de la aerografía la convirtió en una de sus modalidades más conocidas y practicadas, de hecho, a día de hoy existen muchas artistas de renombre que han contribuido a que cada vez más la aerografía sea una disciplina artística reconocida y utilizada para otras modalidades como la gastronomía y el tatuaje.
Aunque no existe una fuente oficial que relate como el nail art se introdujo exactamente en el mundo de la aerografía, lo cierto es que este tipo de arte se remonta muchos siglos atrás, según diversas fuentes circa del año 5000 AC ya existen libros, pinturas y pergaminos que atestiguan como diferentes tribus indias y chinas ya utilizaban el arte de la manicura para decorar no solamente las manos sino también las uñas.
En este caso se utilizaba una sustancia especial conocida como la henna, una especie de colorante que se obtenía a partir de la mezcla de diversas hojas machacadas que se empleaba para decorar y teñir las uñas de hombres y mujeres.
Dejando de lado el esteticismo del nail art, existen también pruebas de que culturas arcaicas como la babilonia (2000 A.C) utilizaban tintes como el azufre, la malaquita o la galena para pintarse las uñas, el propósito de estas aplicaciones estéticas se utilizaba para distinguir socialmente a los soldados y nobles de las clases inferiores, que habitualmente utilizaban materiales más pobres como el Kajal verde.
Siglos más tarde, cuando la supremacía de las dinastías reales del antiguo reino egipcio se instauró aproximadamente en el 1.600 A.C, esta práctica se propagó no solamente en la corte de los faraones sino también entre las clases sociales más pobres.
En este caso las tonalidades de las uñas jugaban un papel más importante, los tonos de color rojizos eventualmente eran asociados a la realeza mientras que los tonos color pastel se utilizaban entre las mujeres de la clase baja.
De la hegemonía del imperio romano a una época oscura
Como todos sabemos el imperio romano no solamente fue celebre por sus conquistas militares sino por sus innovaciones constantes (eclecticismo), como en muchos otros campos como la ingeniería, el arte, la religión, el nail art también fue adaptado a su manera.
Dentro de las grandes ciudades romanas ya existían lugares que actuaban como centros de belleza, que al igual que las termas ofrecían diversos servicios de pedicura para las clases más acaudaladas de Roma y a la plebe, en este caso existía el forfex que fue uno de los cortaúñas modernos que a día de hoy ha llegado a nosotros.
Tanto griegos como romanos compartían un ideal o un canon de belleza que no solamente actuaba a nivel estético sino también de presencia, en este caso llevar uñas de colores era una práctica excéntricamente masculina, aunque muchas mujeres la utilizaban por fines estéticos.
Se sabe que Cleopatra una de las reinas del Egipto tardío y amante del conquistador Caesar se tenía con frecuencia las uñas como un símbolo de status.
Por otra parte, se sabe que diversas tribus bárbaras como los germanos o los pictos utilizaban pinturas con fines militares y tribales, por lo que es probable que lejos del mundo “civilizado” romano algunas practicas similares existieran ya siglos atrás.
Posteriormente sobre el año 476 D.C y el inicio de la edad media esta practica quedará desatendida por el alzamiento de la moralidad cristiana temprana y también por las crisis bélicas que sucedieron a la caída del imperio romano de occidente, pintarse las uñas era visto como una práctica pagana, aunque en otras culturas se seguía utilizando la henna y otros componentes.
Sin embargo, el cuidado de las uñas continuaba siendo importante especialmente de cara a la prevención de enfermedades (durante la edad media las epidemias y las pestes eran frecuentes por una higiene deficiente), en estos casos se utilizaban aceites o hollín que con la ayuda de un cuchillo pequeño se iba recortando. Tal y como puedes suponer la estética de las uñas se trataba de un asunto totalmente secundario.
El renacimiento y de nuevo el nuevo auge del nail art
Sucediendo a la época medieval, la moda de pintarse las uñas se retomó en el Renacimiento italiano, época en la que aparecieron los primeros productos para el cuidado de las manos, este hecho vino de mano de las mujeres de la aristocracia y la nobleza, las cuales comenzaron a utilizar diferentes tipos de herramientas, entre ellas el uso de lacas y esmaltes para su decoración.
En Italia concretamente apareció el nail art Buccellati, un estilo de arte de uñas perteneciente a la familia Buccellati que consiguió mucha popularidad por su “alta joyería” en uñas con diseños espectaculares nunca vistos, este glamour era muy propagandístico especialmente por ser asociado a un estilo de vida por todo lo alto.
Más adelante en la época moderna comenzaron a aparecer los primeros productos y esmaltes para uñas de la mano de grandes figuras como el médico Sits, el Dr. Stuart Nordstrom y otras empresas que vieron este nuevo estilo de arte como un nicho de mercado con potenciales ganancias y consumidoras.
A comienzos del siglo XX, el color empezó a incorporarse a las uñas gracias al uso de pinturas de automóvil, que ofrecían un acabado brillante y duradero. En 1925 apareció en el mercado el esmalte rosa, que rápidamente se popularizó a través de la técnica conocida como “manicura lunar”: un estilo que dejaba la base de la uña al natural y añadía una fina línea rosada en el borde central.
Durante las décadas de 1980 y 1990, la creatividad explotó: surgieron nuevas formas, colores vibrantes, decoraciones y técnicas experimentales. Fue un periodo de innovación constante que sentó las bases de la enorme variedad de herramientas, estilos y tendencias que forman el universo del nail art contemporáneo.
El papel de la aerografía
Tal y como expusimos en nuestro artículo sobre los orígenes de la aerografía y Charles Burdick, esta disciplina también tiene orígenes tribales y tuvo un desarrollo paralelo al nail art, lo cierto es que actualmente no existe un estudio previo de cuando el nail art comenzó a estrechar lazos con la aerografía, sin embargo, se sabe que durante la propagación del impresionismo y el art decó (siglo XIX) como estilos de arte innovadores, rompedores y propagandísticos ayudaron a su posterior propagación.
En este aspecto la inclusión del aerógrafo permitió mejorar muchas de las técnicas de pintado de uñas permitiendo un trazo más preciso y suave que permitía un resultado más apurado y detallado mediante la combinación de tonalidades y efectos que de manera convencional son más difíciles de hacer.
Así mismo existen muchas artistas que han sido referentes del sector como Valquiria Nails, que actualmente ofrecen sus creaciones y diseños mundialmente, dejando atrás el contexto histórico podemos concluir que actualmente el nail art es una herencia de nuestros antepasados y una manera de expresión única para cada mujer.
Puedes aprender más sobre la aerografía siguiendo cualquiera de estos enlaces:
¿Quién fue el primer aerografista del mundo?